José Smith enseñó que en el jardín, “[Adán] recibió instrucciones, y anduvo y conversó con [Dios], como un hombre habla y se comunica con otro…” (1) Esta imagen de andar con Dios es muy poderoso para mi!
Recientemente tuve una experiencia de caminar con Dios. Recientemente tuve la oportunidad celebró La Pascua. Por “Anastasi,” una celebración por la Resurrección de Jesus, hay una llama de Jerusalem que fue traído a Grecia y esa llama se uso para encender a todos las velas en todas las iglesias en Grecia. Recibí esa llama en una vela pasado por la congregación durante “Anastasi.” Después tenia el desafío de caminar a mi hotel con el fuego. El viento no soplaba violentamente, pero si intenté a caminar de prisa, o no cubrí bien la llama con la mano, o mantuve la vela demasiado lejos de mi cuerpo, la llama bailaba e iba a apagarse. Sentí que esta llama fue un símbolo de mi fe en Cristo. Al caminar cuidadosamente, mi atención fijado en la condición de la llama, pensé, “¿cuido yo mi testimonio con la misma nivel de atención que estoy dando a esta llama?” Y esta experiencia caminando con la llama era una oportunidad de caminar con Dios!
Habían otras veces cuando estaba a solas caminando y pensando acerca de la vida, me imaginaba que Dios estaba conmigo caminando. Este pensamiento me daba un montón de paz. Pueden imaginar el gozo que podríamos sentir, si Dios caminaba con nosotros en realidad como lo hizo con Adán y Eva. Infortunadamente, la situación por Adán y Eva cambio después de la caída. Las escrituras nos explica que “Adán y Eva, su esposa, invocaron el nombre del Señor, y oyeron la voz del Señor que les hablaba en dirección del Jardín de Edén, y no lo vieron, porque se encontraban excluidos de su presencia” (Moisés 5:4).
Aunque nosotros todavía viven en un mundo caído, Dios no espera que permanezcamos caídos y excluidos de su presencia. De hecho, después de la caída, había dos personas, Enoc y Noé, de quien las escrituras dicen que caminaron con Dios (2). Es decir, que ellos ya no eran excluidos de su presencia. Quizás ustedes recuerden de la vida del hermano de Jared, quien vio al Señor. Cuando Cristo se le mostró al hermano de Jared, dijo a el, “eres redimido de la caída; por tanto, eres traído de nuevo a mi presencia” (Éter 3:13). Esta es nuestra meta, vencer este mundo caído y regresar a la presencia de Dios.
Por medio de su hijo amado, Dios nos ha dado un método de ser redimido de la caída y regresar a su presencia. Este método simplemente requiere que seamos humildes y tengamos fe en El. Jesus nos invita, “[caminen] en la mansedumbre de mi Espíritu.” Este es un camino que empieza con nuestras debilidades. Escuchen por favor a las siguientes palabras del Salvador:
Y si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos (Éter 12:27).
En la ultima Conferencia General Elder Hamilton nos enseñó acerca de esta escritura en Éter: “Observemos más detenidamente lo que el Señor nos enseña. Vemos que primero dice que da a los hombres y a las mujeres debilidad —en singular—, lo cual es parte de nuestra experiencia terrenal como seres caídos o carnales. Nos hemos vuelto hombres y mujeres naturales debido a la caída de Adán, pero mediante la expiación de Jesucristo, podemos vencer nuestra debilidad, o naturaleza caída.
Luego dice que Su gracia es suficiente y que si nos humillamos y tenemos fe en Él, entonces Él ‘har[á] que las cosas débiles [en plural] sean fuertes para [nosotros]’. En otras palabras, a medida que primero cambiemos nuestra naturaleza caída —nuestra debilidad—, entonces podremos cambiar nuestro comportamiento, nuestras debilidades.” (3) Así vemos que nuestra debilidad, al fin, no es una debilidad verdadera, sino más bien es un paso importante para nuestro progreso a regresar a las presencia de Dios. Pablo lo dijo bien, “cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10).
Hay otra manera en que una debilidad nos da fuerza. La fe, en un nivel básico es una debilidad porque es limitada. Según su definición de Alma, “La fe no es tener un conocimiento perfecto de las cosas; de modo que si tenéis fe, tenéis esperanza en cosas que no se ven, y que son verdaderas” (Alma 32:21). Aunque la fe es un conocimiento limitado y es ciega, y entonces se parece que es una debilidad, en realidad, es una fuerza. Al “ejercitar [nuestra] fe para arrepentimiento” (Alma 34:17) llegaremos a ser mas fuerte en maneras que el mero conocimiento no puede hacer. De hecho, tenemos que andar en fe, antes de andar con Dios.
Pablo enseñó que “por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7) y cuando andamos por fe estamos “and[ando] en el Espíritu” (Galatas 5:16). Tener fe es tener más acceso al Espíritu Santo, quien testifica de Cristo. Es por medio del Espíritu que podemos ver Dios “con el ojo de la fe” (Alma 32:40) —en singular— en preparación por el día en que lo veremos “con [nuestros] propios ojos” (Éter 12:19) —en plural. Es posible que el ojo de la fe es singular, porque el objeto de nuestra fe, Cristo también es singular. Alma enseñó, “hay otro modo o medio por el cual el hombre pueda ser salvo, sino en Cristo y por medio de él” (Alma 38:9). Así fue el progreso del hermano de Jared y muchos otros, según Moroni:
Y hubo muchos cuya fe era tan sumamente fuerte, aun antes de la venida de Cristo, que no se les pudo impedir penetrar el velo, sino que realmente vieron con sus propios ojos las cosas que habían visto con el ojo de la fe; y se regocijaron (Éter 12:19).
Alma considera el ojo de la fe equivalente con nuestras imaginaciones espirituales. Cuando Alma pregunta a su gente, “¿Miráis hacia adelante con el ojo de la fe y veis este cuerpo mortal levantado…para presentaros ante Dios…?” Alma también pregunta “¿Podéis imaginaros oír la voz del Señor…diciéndoos: Venid a mí, benditos?” Y “¿podéis imaginaros llevados ante el tribunal de Dios…? (Alma 5:15-18) ¿han imaginaron ustedes este escenario antes? ¿El día en que nosotros estamos arrodillados ante el Señor? La imaginación espiritual es un instrumento eficaz para el arrepentimiento. Nuestro Profeta, Presidente Nelson, han dicho, “El caminar por la senda de los convenios, en combinación con el arrepentimiento diario, aviva el ímpetu espiritual positivo” (4).
En el tiempo del Nefita Jarom, los profetas, los sacerdotes, y los maestros enseñaron a la gente “persuadiéndolos a mirar adelante hacia el Mesías y a creer en su venida como si ya se hubiese verificado.” (Jarom 1:11). Así que los Nefitas imaginaron que el Mesías ya vino a ellos, y se ajustaron sus comportamientos según esta realidad imaginada. El Espíritu puede guiar nuestras imaginaciones para que nos sentamos la realidad de un encuentro con Dios. ¿Han tenido ustedes algunas oportunidades de sentir la realidad de Dios?
Me recuerdo cuando era un joven, a veces durante las oraciones de my padre, me sentí que Dios realmente estaba en el cuarto con nosotros. En estas ocasiones pensé que si abriera los ojos yo vería a Dios. Así me sentía que Dios estaba tan cerca a nosotros. Y a veces cuando leo las escrituras con el Espíritu, me siento como estoy recibiendo las escrituras por la primera vez, es decir estoy el que recibe la revelación originalmente. Es como si “es [su] voz la que [me] las declara” (DyC 18:35). Y según las palabras de Doctrina y Convenios sección 18, “[puedo testificar] que [he] oído [su] voz y que [conozco sus] palabras” (DyC 18:35).
Testifico como Alma que “hoy es el tiempo y el día de [nuestra] salvación” y “es cuando el hombre debe prepararse para comparecer ante Dios” (Alma 34:31-32). Si andamos por la senda de los convenios, “hasta al fin,” podremos oír la voz del Padre diciéndonos: “Tendréis la vida eterna” (2 Nefi 31:20). Espero que todos nosotros podamos imaginar esta escenario, pero te garantizo que ninguno de nosotros podemos imaginar todo lo que Dios nos dará en esa ocasión. Por que, “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para aquellos que le aman” (2 Corintios 2:9).
Esta publicación es parte de un discurso dado en Mayo 2022.
(1) Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, capítulo 2
(2) En el antiguo testamento, Enoc y Noé también fueron traídos de nuevo a la presencia de Dios, pero las escrituras describen esta situación así; “caminó Enoc con Dios” (Génesis 5:22) y “con Dios caminó Noé” (Génesis 6:9).
(3) Kevin S. Hamilton, “Entonces haré que las cosas débiles sean fuertes” April 2022 o https://www.churchofjesuschrist.org/study/general-conference/2022/04/28hamilton?lang=spa
(4) Presidente Nelson, “El Poder de Ímpetu Espiritual,” Abril 2022 o https://www.churchofjesuschrist.org/study/ftsoy/2022/05/04-the-power-of-spiritual-momentum-excerpts?lang=spa